Después de la revisión, la sacudida, la aceptación y la auto gestión toca el reinicio.
Ni es fácil, ni divertido, ni se trata de grandes cambios, ni resignación.
Más bien es cuestión de aprovechar el tiempo de descanso para permitirse escuchar con atención, priorizar lo importante, desechar lo tóxico, saborear el tiempo, optimizar los recursos y aprender de todo y todos.
Sólo así es posible agradecer el mismo sentido de vivir, de compartirse y de aportar.
Las vacaciones laborales son, y han sido, para mi una oportunidad de permitirme observar para reconsiderar mi camino a seguir en el próximo año que se inicia en septiembre con el curso escolar.
Momento de trazar la hoja de ruta en base a mis necesidades emocionales, físicas y mentales. Las que me llenan el día a día en mi entorno familiar y laboral, no hay distinción puesto que hace unos años que me dedico exclusivamente a lo que me hace feliz compartir.
Septiembre llega de puntillas, con análisis y hoja de ruta poniendo destellos de luz para un nuevo comienzo. La arrancada fuerte se dará en unos días y durará lo que queda de 2024. No tengamos prisa, no la hay.
Vivamos el momento presente con la serenidad, calidad y amabilidad que merece el último instante, ya que la única certeza que tienes es el aliento ahora.
Casi nada es tan importante, tu mismo no eres tan importante.
Hazlo con ojos amorosos y pregúntate si eso que tanto anhelas tiene impacto en 5 años vista. Si la respuesta es no dale una vuelta antes de ponerte burro con eso, puede responder a una emoción pasajera o a una creencia no tan valiosa o limitante.
Nos queda una gran transformación por delante. Ha llegado el momento de soltar lo que no eres, lo que ya no quieres, dejar atrás todas aquellos miedos y creencias respecto a ti y tus relaciones vinculares. Patrones heredados, fuera.
Retomo el acompañamiento personalizado y las clases regulares con ilusión y enfoque. Con aún más claridad respecto a lo que me propongo en cada una de las sesiones y la certeza que el bienestar solo se alcanza cuando mente, cuerpo, emociones y alma están en armonía.
La disciplina como herramienta para la libertad de movimiento, mente y de conexión con uno mismo.
¡Feliz reinicio!
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