Es ser consciente que nuestro cuerpo físico es finito y que la forma en la que venimos a expresar nuestra Alma es a través de un recipiente de carne, hueso y tejidos blandos que tenemos la obligación de cuidar.

Me dan cierto miedo aquellos que no lo honran, miman, nutren, ejercitan, le dan descansos y lo ponen cerca de los límites. Los que se conforman con lo establecido y se acomodan sin disciplina. Por que, en mi opinión, quien no es capaz de honrar y respetar las necesidades de todo una serie de sistemas que trabajan al unísono para mantenerte vital, flexible, fuerte y sano; tampoco respeta la Naturaleza de la vida, ni la de los demás.

Me encanta la cita de Yogui Bhajan que dice “ Somos un espíritu experimentando una vida humana” , la uso a menudo. Para mi es tan importante meditar todas las mañanas como entrenar a diario o estar en constante aprendizaje estudiando, leyendo sobre mil temas que me apasionan.

Hoy, en un manual de Kundalini Yoga sobre Sabiduría física, he leído algo que me ha hecho reflexionar un poco más al respecto:  “El cuerpo afecta al Alma; el Alma afecta a la Mente”

Cuando un cuerpo enferma la respiración deja de ser consciente y entra en una vibración energética peligrosa, donde el Alma puede quedar abrumada, diluida, enmascarada por otras que la absorban, puede perderse. En ese momento, la mente racional puede quedar afectada por esa falta de oxigenación, agitarse y actuar de forma reactiva, destructiva.

¡Qué importante es cuidar de cada instante! ¡Qué necesario es hacer una reflexión personal acerca de uno mismo! Comprometerse con el bienestar personal y saber cuales son las potencialidades, las flaquezas, dónde hay que poner más atención, crear una disciplina que uno pueda mantener tanto en los momentos de alegría como en los de bajón.

La temporada Tauro facilita la introspección, la serenidad, la calma, el tomar tierra. Sentar las bases y soltar con tranquilidad aquello que no funciona, sin prisas.

Este sábado en la Masterclass de yoga trabajamos con mucha intensidad como la Belleza comienza adentro, en el cuerpo físico, para proyectar el Ser radiante que somos. Una clase preciosa de la que me llevo una energía brutal.

Esta semana seguimos en clase.

¡Se os quiere!