Sentir es heavy.
Teóricamente disponemos de 5 sentidos: vista, oido, gusto, olfato y tacto; además se suma la intuición.
Con ellos percibimos los estímulos externos y casi nunca somos conscientes de todos a la vez. Requiere un esfuerzo explícito para observar que siento con lo que veo, lo que oigo, que olores percibo, como siento desde el cuerpo y que me dice una fuerza implacable e intangible, al unísono.
Como hay personas más sensoriales que otras y el sentir es absolutamente subjetivo me resulta muy difícil escribir este post.
Quiero plasmar con palabras todo lo que siento al pensar en sabores especiales para mi en distintos momento de mi vida, en diferentes lugares, con personas especiales. Y no doy a basto. Escribo y borro. Me queda corto. No encuentro la frase perfecta, imposible.
No puedo explicar como sé que está llegando un hijo a casa de noche antes de que pique a mi puerta; o como puede estar tronando y cayendo la bomba nuclear afuera y seguir durmiendo a pierna suelta hasta que tu bebé hace un “ueeeé” flojito y saltas de la cama.
Tampoco como hay olores y sonidos conjuntos que me recuerdan cosas concretas.
Allá donde esté, si huelo a hierba recién cortada, también escucho la segadora a motor (aunque no esté sonando en realidad) y mi día preferido, los viernes.
Y sigue estremeciéndose mi cuerpo si recuerdo cuándo besé a mi marido por primera vez.
Y luego está la intuición. Capítulo a parte.
Ella sabe, siempre. Todo.
Habla seco, rápido y hay que estar atento por que lo dice solo una vez.
Es temporada pisciana y todo se funde, se fusiona. El cielo se pone acuoso, Neptuno lo apoya.
Es complicado determinar dónde están los límites entre las emociones, sentimientos, creencias, recuerdos, experiencia, sueños. Donde acaba lo onírico y empieza lo terrenal.
Se acaba el año astrológico y demanda introspección, eliminación de todo lo que sobra por que llegará pronto el impulso y se equilibran las energías. La vital también y se nota.
Es ahora el momento de ser muy disciplinado para limitar esta necesidad de fluir hacia todas partes. Es aconsejable acogerse a todo lo que sabes que es necesario para tu bienestar físico, mental y emocional. Generar energía y fuego interno para ayudar a esta purificación. Darte espacios de silencio para respirar y calmar tu mente charlatana. Nutrirte correctamente y descansar todo lo que te pida el cuerpo, hazle caso por favor.
Y si ha llegado el momento de asistir a terapia, ni te lo pienses. Solo quien quiere resolver las cosas que le hacen sufrir busca la solución y lo logra.
¡Ánimo y al lío!
0 comentarios