Nos pasamos media vida demostrando que somos merecedores de algo. Amor, respeto, pertenencia.
A conciencia, o no, nos enseñan que vales por lo que sabes o haces.
El diccionario reza:
Nombre femenino
- Cualidad de la persona que merece consideración o aprecio en sus características, especialmente intelectuales.
- Cualidad de las cosas que tienen valor.
Olvidando lo más importante, valemos infinito simplemente por ser, por existir.
Y aquí, en este momento, estamos viviendo una experiencia humana. En un cuerpo físico y finito.
Es nuestra obligación experimentar con él la mayor de la abundancia. Sentirlo, cuidarlo y eso pasa, irremediablemente, por cuidar de nuestra salud mental y emocional, a parte de la física.
Nuestro recipiente tiene unas necesidades físicas para funcionar a la perfección. Además de la capacidad de adaptarse a todo aquello que le des, aunque no le resulte beneficioso.
Nuestra mente es capaz de dominarlo, esculpirlo e irradiarlo con sus rezos, procura hablarte con los cuidados y el cariño que se merece.
Recuerda que lo que no nutre, consume.
En todos los aspectos de la vida.
Así que si la emociones que se despiertan no son confortables, explora qué ocurre y por qué estás condicionado. Qué proponen y hacia dónde quieren llevarte.
Cuestiónalo todo, no des nada por hecho.
Tu valía es tuya.
Nadie tiene el poder de pisarla.
Tampoco tu Ego.
Cuídate para cuidar de los tuyos.
Como un león o leona que ruge. Cuidándose y haciéndolo con los suyos.
Temporada Leo modo on.
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