Difícil empresa.
Cuesta mucho conectar con la pérdida y hacerlo sin dolor o sufrimiento.
Da miedo no tener el control de algo.
Y en realidad, deberíamos estar mucho más tranquilos por que todo está fuera de control.
La ilusión pasajera que es creer que sabemos qué, cómo, cuándo, por qué va a ocurrir algo y quiénes serán los protagonistas. O todo lo contrario, el terror a no conocer con exactitud el resultado; pretenden ocupar nuestra mente y alimentar nuestro Ego.
Somos esclavos y estamos vendidos.
Nos peleamos constantemente entre las ganas de saber y de enmascarar u ocultar nuestras propias heridas. Insensibilizándonos o sometiéndonos a la tortura y al victimismo.
En plena temporada Escorpio con una intensidad desmesurada, la profundidad de nuestras emociones se dispara.
Es buen momento para mirarla de frente, fusionarse con ella, sentirla en la piel y ponerle nombre. Aceptarla, comprenderla y abrazarla para cuidarte de tal manera que sepas exactamente qué es momento de soltar y hacia dónde es preciso dirigirse.
Permitir que las ideas más locas y nuevas inunden tu corazón y den voz a lo que tu Alma y tu Ser necesitan con todas sus fuerzas.
Es momento de renuncias, por que es la hora de elegir.
De elegirte desde ahí, lo más profundo.
Entregándote a la vida, a tu familia y comunidad, a los tuyos.
Sabiendo quién eres y quien no eres.
Con Fé y amor.
Fluye con el agua, las lágrimas, el sudor y la vida.
Toca tierra y enraízate.
Purifica tu cuerpo y empodérate.
Deja que tu mente se silencie para que hable tu intuición.
Elígete ahora.
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