PERFECCIÓN
- Acción de perfeccionar y cualidad de perfecta.
“Perfecta”:
- Que posee el grado máximo de una determinada cualidad o defecto.
- Que tiene el mayor grado posible de bondad o excelencia en su línea.
La búsqueda de la perfección en nuestro diario es fuente de profunda insatisfacción, estrés y de la aparición de creencias que muestran nuestras heridas más profundas.
La expectativa se quiere acercar a una imagen mental que tenemos de la perfección de algo, alguien o nosotros mismos. Alejándonos de la posibilidad de experimentar la presencia en nuestro sentir y hacer. Nos separa de la realidad y de la aceptación del momento presente, haciendo incapié en la dualidad.
No quiero alabar la falta de rigurosidad, atención, eficiencia o paciencia respecto a una acción en la que la búsqueda de la excelencia es importante, incluso vital en ocasiones. Pero creo que es preciso buscar la línea equilibrada entre disfrutar del proceso y saber cuándo pararlo.
La perfección es aquello que está pasando y cómo está pasando. Nosotros somos perfectos. Solo por el hecho de estar existiendo, eso es el grado máximo.
Sin apartar las sombras, los defectos, lo que nos avergüenza. Por que también eso es perfecto. ¡Forma parte de lo que sentimos y somos! Nos integra.
La guerra contra lo que se supone que es imperfecto enferma.
Debilita el amor propio y la autenticidad en cualesquiera que sean sus formas.
Perseguir la iluminación, el cuerpo “ideal”, la figura de buena madre, esposa, hija o hermana magnífica, empleada del mes o empresaria de éxito, ser modelo de conducta, dedicar tiempo al círculo social, ir monísima siempre, ayudar al prójimo y evitar el egoismo, tener todo aquello que deseas sin necesidad de ajustar el presupuesto y generar cientos de likes, mantener el equilibrio entre el bienestar y el placer ES UNA PUÑETERA TORTURA. (Además de una gran mentira, mañana el modelo de perfección es otro y apáñate para cambiarlo)
Así que aprende a VIVIR EN MAYÚSCULAS.
A apreciar quien eres y lo que tienes en cada momento.
A sentirte plenamente satifecho y a AGRADECER cada día un montón de veces el instante que estás viviendo. Sin control ni pauta.
Si te entrenas, a diario, es más fácil que te acerques a la auténtica perfección: la vida que ya tienes y de la que eres únicamente tu responsable.
Gracias por leer estas reflexiones, la semana próxima (quizás) más.
¡Nos vemos en clase!
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