Saber dónde termino yo y empieza el otro.
Mi visión, sentir, parecer y creencias enfrentadas o en armonía a las de los demás.
Todas válidas y propias.
La difícil tarea de respetar el espacio, tiempo y placer de ser, hacer y sentir distinto.
Amar y amarse con las diferencias.
Saber que la independencia y la individualidad son vitales en las relaciones.
Donde todo cabe con respeto y amor; con lealtad a lo que estoy dispuesto a permitir y permitirme. Y especialmente lo que no.
Los límites que hoy son unos y que siento inviolables. Comprendiendo, a su vez, los ajenos. Sin censura ni juicio.
Madurez mostrando como nada es inamovible, todo cambia.
Llega el momento en el que sabes que si te vale, y que forma parte de tu pasado.
El espacio y tiempo para vincularse mejor.
Con uno mismo.
Con los demás.
O desvincularse.
Llega la hora de SER en equilibrio contigo, comprometido.
Feliz semana de calor.
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